Paraguas de todos los colores; velas encendidas; pancartas con reclamos; las fotos de las seis personas que el 2 de abril pasado perdieron la vida cuando el agua ingresó en sus casas… y mucho silencio. Así, casi mil damnificados por la última gran inundación en la ciudad marcharon ayer para reclamar por obras hidráulicas y más respuestas del gobierno.

 

Varios grupos de vecinos partieron de los barrios porteños afectados por el temporal de abril pasado, como Villa Urquiza, Saavedra, Parque Chas, y también del conurbano bonaerense (Florida Oeste y Villa Maipú), para reunirse en Galván y Balbín, frente al parque Sarmiento, en Saavedra. Allí hicieron un emotivo acto para recordar a las víctimas.

 

Bajo un cielo que anoche presagiaba la llegada de la lluvia, los damnificados pidieron más obras y menos promesas. La desconfianza y el temor los unían. También, la bronca por “la falta de respuestas”. En la caminata previa al acto principal, en Saavedra, los vecinos contaron sus penurias. Tristes, recordaron aquellos detalles que hubieran preferido olvidar. “Ahora, cada vez que hay una anuncio de tormenta, tiemblo. No puedo salir de casa sin ver el servicio meteorológico”, decía una mujer que vive en Villa Urquiza.

 

Entre el murmullo de los vecinos y algunos silbidos cuando se mencionó a funcionarios porteños, una mujer sollozaba. “Perdí todo y aún no pude reconstruir mi casa. No puedo creer que ya haya pasado un año y nadie hizo nada”, dijo María a la prensa, y de inmediato se disculpó porque no pudo continuar con la charla.

 

Alberto Grimaldi, hijo de una de las víctimas porteñas, se emocionó cuando mencionaron a su padre, fallecido en el temporal. “Esperemos que se piense con el corazón, no con el bolsillo. Es necesario que un drama como el que vivimos no ocurra nunca más”, aseguró.

 

Hugo Centurión es hijo de Eduviges Olivera, de 88 años, fallecida en el Barrio Mitre cuando el agua ingresó en su casa. “El mejor homenaje que le puedo hacer es reclamar ante los gobernantes para que esto no vuelva a pasar. Y por eso estamos aquí”, dijo Centurión.

 

El hombre estaba doblemente afligido. No sólo porque perdió a su madre, sino porque la vivienda que ella ocupaba quedó prácticamente destruida. “Todo se perdió. Tiramos los muebles de cuero y de madera; el placard no existe más y se perdieron documentos y fotos de mi familia. Apenas pudimos recuperar la escritura de la casa, que tuvimos que dejar secar al sol”, aseguró.

 

A cada paso había una historia. Juan Carlos Mussetti, de Saavedra, comentó que no quería irse de su casa, en la que vive desde hace 40 años, pero está pensando en mudarse. “A un año de aquel trágico día, todavía hay una pared a la que se le cae el revoque por la humedad que quedó impregnada”, dijo el jubilado.

 

A su lado, María Laura Rodríguez, otra de las vecinas que prefirieron no ver el video que se proyectó en el acto, con las imágenes de la inundación y de las seis víctimas fatales, para evitar las emociones fuertes. “No puedo revivir -dijo- lo que pasó aquel día. Estoy angustiada. Cae una gota y me desespero”, confesó la mujer. Su vivienda del Barrio Mitre se inundó 1,30 metros, y apenas alcanzó a salvar los documentos de sus tres hijos y la escritura de la casa.

 

Pancarta y reclamo

 

En una de sus manos, Ricardo, vecino de Villa Urquiza, llevaba una pancarta con una foto del estado en que quedó su vivienda el día después de la inundación, cuando el agua bajó y las lluvias habían cesado.

 

“Y bueno… hay que seguir adelante”, suspiró, como resignado. “Estoy acá porque quiero hacerles saber a los responsables que así quedó mi casa por su desidia. Durante meses, mis dos hijos tuvieron que vivir entre la humedad y la suciedad. Pero ¿a quién le importa? A nadie, a nadie”, repitió con bronca. Según sus cálculos, Ricardo perdió más de 10.000 pesos en muebles que fueron destruidos por el agua.

 

En la marcha también participaron vecinos del conurbano bonaerense, como Juan Moretti, un jubilado de 72 años que aseguró que aún hoy hace arreglos en su casa de Florida Oeste. “Llevo invertidos unos 150.000 pesos en reconstruirla”, dijo. Allí estuvieron todos, unidos por el dolor, el miedo y el reclamo para que una inundación similar no vuelva a ocurrir.

 

Pidieron una mesa de diálogo con la ciudad

 

Cientos de damnificados por las inundaciones de hace un año en la Capital exigieron que el gobierno porteño conforme una mesa de diálogo con los vecinos para que, en conjunto, puedan resolver las acciones que se llevarán adelante en los barrios para mitigar los problemas que se suscitan con las fuertes lluvias. Así lo solicitaron varios oradores en los actos realizados ayer al cumplirse un año de la trágica inundación. “Queremos ser parte de las propuestas que la Ciudad lleva adelante para impedir una inundación similar a la del año pasado. Lo que estamos pidiendo es algo simple y lógico: que el gobierno de Macri nos consulte a los vecinos y que entre todos podamos llegar a tomar decisiones que nos beneficien. Y no como ocurre ahora, que vivimos en una nube negra. También hay bastante inacción oficial”, dijo una de las vecinas, visiblemente molesta, que marchó para reclamar por más obras hidráulicas en la ciudad.

 

Por Valeria Musse | LA NACION

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