Adriana Varela, Daniel Melingo, Omar Mollo y Tanghetto serán los artistas que se presentarán en el teatro de Paraguay 918. Allí ofrecerán sus trabajos más recientes y algunos contarán con invitados del palo rockero, que es de donde ellos vienen, al fin y al cabo.

 

En el mundo del arte existen modas, costumbres pasatistas que perduran sólo un tiempo, pero nunca hay espacio para anacronismos o arcaísmos estéticos. “Todo vuelve”, suele decirse. Y sí, todo vuelve, pero de otra forma, resignificado, con otro valor y sentido. El tango es uno de esos géneros que siempre está volviendo. Aunque en verdad nunca se haya ido. Eso sí: habrá que alertar al tanguero viejo desprevenido, porque corren nuevos tiempos, y el teatro ND/Ateneo (Paraguay 918) será el lugar donde ratificarlo cuando celebre su ciclo de tango que tendrá lugar todos los viernes de marzo, a las 21, con las presentaciones de Daniel Melingo (el 7), el grupo de tango electrónico Tanghetto (14/3), Adriana Varela (21/3) y Omar Mollo (28/3). Con vastas y disímiles trayectorias, los músicos, que celebran su presente profesional, coinciden en este ciclo atípico, alternativo y ecléctico para ratificar su aporte al género.

 

Ex integrante de Los Abuelos de la Nada y cofundador de Los Twist, Melingo incursionó en el tango y lleva varios álbumes editados, entre ellos Santa milonga (2004), Maldito tango (2007) y el más reciente, Corazón y hueso (2011). El ahora intérprete y compositor tanguero asegura que no abandonó nunca sus mañas de ro-ckero, y la confesión se confirma en su estilo único que exhibe en distintas partes del Globo, de manera casi cronometrada. Max Masri y Diego Velázquez, por su parte, desafiaron las leyes del género porteño cuando dieron forma a Tanghetto, exponente del tango electrónico que lleva doce años en las bateas y escenarios de América y Europa. Junto con los demás músicos que los acompañan, la dupla lleva su propuesta a los principales escenarios del mundo.

 

La única mujer del ciclo tiene las suelas gastadas de tanto pisar los escenarios locales. Varela empezó su carrera a fines de los ’80, descubierta por el Polaco Goyeneche, su mentor. Su porte arrabalero y su estilo decidor hacen de su voz un sello, y su nombre ya es casi un género, que bien le valió la composición de un tango (“La Gata Varela”, de Cacho Castaña). El ciclo se completa con Mollo, ex líder de MAM (banda rockera de los ’70), quien no reniega de su pasado musical, pero asegura sin pudor que ahora disfruta más su carrera. Guardada su guitarra desde que editó su primer álbum, Tango, en 2003, Mollo salió a girar por Europa para llevar la música de Buenos Aires. Barrio Sur, su cuarto y último disco, combina clásicos como “Cuando me entres a fallar” o “Afiches” con temas contemporáneos de Luis Alberto Spinetta y Andrés Ciro Martínez, entre otras perlas.

 

Con carreras consagradas en el país, pero sobre todo con gran éxito en el exterior, los protagonistas del ciclo comparten algunas anécdotas de sus giras internacionales. El tango es furor fuera de la Argentina y así lo hace saber Varela, que recuerda, en ocasión de una de sus presentaciones, la euforia del público colombiano y la reacción de una señora que al ver el descontrol generado se preguntaba: “¿Quiénes vienen? ¿Los Rolling Stones?”. A su turno, Mollo también rescata de sus andanzas una exquisita experiencia. “Cuando canté en Finlandia, una señora se acercó y le preguntó en inglés a mi mujer si yo sabía el tango ‘Uno’, porque fue un tema muy famoso en el festival finlandés que se celebra hace cuarenta años. Yo empecé a cantarle ‘Uno busca lleno de esperanzas…’, y ella comenzó a cantarlo en finlandés, así que terminamos cantando hasta que se hizo de día”, cuenta divertido. Más tarde, Melingo confirmará la pasión que despierta la música porteña en los europeos: “Para ellos, ir a escuchar tango es como ir a misa”.

 

Informe: Candela Gomes Diez.

 

 

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